Ocurra en el contexto que ocurra, la ansiedad demuestra ser, cada vez más, ese mal acuciante en nuestros días. Una encuesta realizada por Attitudes, el programa de responsabilidad social de Audi, en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, afirma que un 32% de conductores confiesa sentir algo de intranquilidad, un 18% declara padecer «bastante ansiedad» y un 4% muestra claros síntomas de amaxofobia o fobia a la conducción.
Si sumamos todos estos porcentajes nos da como resultado un 54%, más de la mitad; de estos preocupa la cifra de 5 millones y medio de conductores (un 22%) que padece un grado de tensión considerable. Si velar la seguridad en las carreteras es el objetivo último, la ansiedad es un cabo suelto que no nos podemos permitir.
3La clave para gestionar las emociones al conducir
En trastornos leves, lo más consejable es no dejar de conducir. Pero para estar más a gusto hay que hacerlo en trayectos conocidos, mantener una actitud positiva y, sobre todo, no dejarse intimidar por otros conductores. Lo más favorable es que los familiares tengan paciencia, no den consejos ni advertencias, respeten su estilo de conducción y no caigan en el error de sobreproteger en el momento de la conducción.