En los últimos años, la seguridad en las carreteras españolas ha experimentado un notable deterioro. Los conductores, que aplauden ciertas decisiones políticas y de infraestructuras, se enfrentan ahora a un peligro creciente: el incremento significativo de robos de coches en las autopistas. Esta situación es particularmente grave en Cataluña, donde los Mossos d’Esquadra han tenido que advertir a los automovilistas sobre los riesgos de detenerse en lugares solitarios y apartados. ¿Qué ha llevado a este aumento de la delincuencia en las vías rápidas del país?
2Métodos sin violencia
A diferencia de otros tipos de delincuencia, los robos en las autopistas españolas se caracterizan por la ausencia de violencia directa. Los ladrones prefieren actuar con discreción, utilizando métodos ingeniosos para distraer a los conductores y sustraer objetos de valor del interior de los vehículos. Entre las tácticas más comunes se encuentran hacerse pasar por buenos samaritanos que advierten sobre una supuesta avería o pinchazo en el coche de la víctima, obligándola a detenerse.
Otro método común en los robos es simular una avería propia, esperando que algún conductor se detenga para ayudar. En estas situaciones, los delincuentes suelen trabajar en pareja: mientras uno distrae al conductor, el otro aprovecha para abrir la puerta trasera del coche y sustraer los objetos de valor. Esta modalidad de hurto es menos castigada penalmente, lo que la hace aún más atractiva para los criminales.
