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Los gadgets que la Reina Isabel II instalaba en sus coches y que eran propios del Aston Martin de 007

La imagen de la Reina Isabel II siempre estuvo marcada por su elegancia, pero también por un amor genuino hacia los coches, que trascendía lo que cualquier observador casual podría imaginar. Después de haber servido como mecánico y chófer durante la Segunda Guerra Mundial, la monarca conservó un interés vital en el mundo del automóvil y, a lo largo de los años, se convirtió en una figura que transformó sus coches en auténticos emblemas de seguridad y estilo, personalizados a su medida.

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Aprendiendo de su agente especial OO7

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Sin embargo, en el Land Rover de 1978, su ingenio llevó el diseño de vehículos a otro nivel. La monarca solicitó un sistema de comunicación único, adaptado al más puro estilo de un coche de espionaje. Este sistema, compuesto por tres botones, le permitiría enviar órdenes directas al conductor. A través de este peculiar sistema, Isabel II podía indicarle si deseaba que se detuviera, que disminuyera la velocidad, o que continuara de inmediato, sin necesidad de palabras ni gestos. Esta ingeniosa solución le permitiría disfrutar de un control absoluto sobre sus desplazamientos, como si se tratara del mismísimo Aston Martin de James Bond.

Pero su pasión por los vehículos no terminó ahí. Durante sus numerosas apariciones públicas, su Majestad también pidió la incorporación de un sistema de sujetamanos y una mampara de protección en la parte trasera del coche. Esta modificación le permitirá ponerse de pie con total seguridad para saludar a sus seguidores durante los desfiles, evitando cualquier incomodidad o riesgo. Así, la reina no solo se aseguraba de brindar un saludo majestuoso, sino que también mantenía una cercanía segura con el pueblo que la idolatraba.