El 6 de diciembre, mientras muchos españoles disfrutaban del puente de la Constitución, el Boletín Oficial del Estado (BOE) escondía entre sus páginas una noticia de impacto histórico: la Guardia Civil de Tráfico abandonará las carreteras de Navarra. Esta medida marca un antes y un después en la gestión de la seguridad vial en la Comunidad Foral, que asume ahora plenas competencias gracias a un controvertido acuerdo entre Moncloa y el Gobierno de Navarra.
3El impacto laboral en la Guardia Civil: incertidumbre y desconcierto
El principal escollo que plantea esta medida es el futuro de los agentes de la Guardia Civil que, hasta ahora, patrullaban las carreteras de Navarra. La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) no ha tardado en alzar la voz, denunciando la falta de un plan claro para reubicar a los afectados.
«Nos enfrentamos a una situación de inestabilidad laboral sin precedentes, fruto de una política impulsada sin negociación ni previsión de sus consecuencias», aseguran desde la AUGC. Según estimaciones, unos 149 agentes deberán ser incorporados a la Policía Foral para cubrir las necesidades operativas de la región. Sin embargo, la transición no será sencilla ni inmediata.
Aunque la medida contempla la posibilidad de que los guardias civiles se integren en la Policía Foral, muchos temen que esta alternativa sea insuficiente o poco atractiva. Además, queda en el aire qué sucederá con aquellos agentes que optan por no quedarse en Navarra.