El 6 de diciembre, mientras muchos españoles disfrutaban del puente de la Constitución, el Boletín Oficial del Estado (BOE) escondía entre sus páginas una noticia de impacto histórico: la Guardia Civil de Tráfico abandonará las carreteras de Navarra. Esta medida marca un antes y un después en la gestión de la seguridad vial en la Comunidad Foral, que asume ahora plenas competencias gracias a un controvertido acuerdo entre Moncloa y el Gobierno de Navarra.
6Un adiós que marca una era
La salida de la Guardia Civil de Tráfico de Navarra es un capítulo que combina estrategia política, reclamaciones autonómicas y desafíos laborales. Mientras unos celebran la consolidación del régimen foral, otros lamentan la pérdida de un cuerpo con décadas de experiencia en las carreteras navarras.
Lo que está claro es que este cambio no solo afecta a los agentes implicados, sino también a los ciudadanos, que esperan que la Policía Foral esté a la altura del reto. En una sociedad cada vez más fragmentada, la gestión de esta transición será crucial para mantener la confianza en las instituciones y garantizar que, en las carreteras de Navarra, el único protagonista sea la seguridad vial.