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domingo, 24 noviembre 2024

DGT: las dos conductas que vigilará especialmente en estas vacaciones de verano

Conducir excediendo el límite de alcohol o después de haber consumido drogas está detrás de la mitad de los fallecimientos en accidentes de circulación. Por eso, la Dirección General de Tráfico, DGT, pone en marcha durante esta semana una campaña especial en la que intensificará la vigilancia sobre el riesgo que supone mezclar el consumo de alcohol y drogas con la conducción.

Según la DGT, el consumo de este tipo de sustancias es uno de los tres factores principales de riesgo en los siniestros de tráfico, tanto en los mortales como en los accidentes con víctimas. Por eso, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC) intensificarán durante estos días los controles y establecerán diferentes puntos de control en todo tipo de carreteras y a cualquier hora del día con el objetivo de evitar que personas que hayan ingerido alcohol o hayan consumido drogas se pongan al volante.

Además, la DGT también ha pedido colaboración a los ayuntamientos de más de 25.000 habitantes para que se sumen a la campaña, con el establecimiento de controles en sus respectivos cascos urbanos.

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¿De qué depende la tasa de alcoholemia?

alcohol

«Yo tolero mejor el alcohol que tú, así que conduzco yo», «Con una cerveza no pasa nada», «Si me tomo un café, me despejo y puedo conducir»… son algunas de las frases recurrentes entre los conductores que se ponen al volante después de haber ingerido alcohol. Este puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y 90 minutos siguientes. Y lo cierto es que la tasa de alcoholemia y la velocidad con la que se alcanza depende de múltiples variables, aunque la Dirección General de Tráfico, DGT, señala las siguientes como las más influyentes:

  • La cantidad de alcohol ingerido (con un tercio de cerveza la tasa de un hombre de 70 a 90 kilos oscilaría entre 0,21 y 0,28 y la de una mujer de entre 50 y 70 kilos entre 0,34 y 0,48).
  • La rapidez con la que se ingiere la bebida (cuanto más rápido, mayor es la velocidad y la cantidad que pasa a la sangre).
  • Las características del alcohol que se toma (la absorción del alcohol es más lenta en bebidas fermentadas como la cerveza o el vino que en las destiladas como la ginebra, el ron o el whisky).
  • Haber tomado o no alimentos.
  • La edad y la experiencia en la conducción (las personas menores de 18 años y los mayores de 65 son más sensibles a los efectos del alcohol, por lo que es más fácil que tengan deterioros en las capacidades psicofísicas necesarias para conducir).
  • El sexo y el peso de la persona.
  • La hora del día (la eliminación del alcohol es mucho más lenta durante las horas de sueño).
  • Las circunstancias personales.