El interés por la vida sana y la sostenibilidad conlleva sus inconvenientes. La convivencia entre ciclistas y conductores en las carreteras españolas es un tema recurrente de debate. A medida que el ciclismo gana popularidad, la falta de educación vial se ha convertido en un problema evidente. Esta vez, la Dirección General de Tráfico (DGT) no se ha cortado y ha lanzado a los ciclistas un toque de atención: nada de circular en grupo. Las normas de circulación están para la seguridad de todos, y los ciclistas no están exentos de cumplir con la ley.
1La multiplicación de ciclistas y la falta de educación vial
Con la llegada del buen tiempo, las carreteras se llenan de ciclistas de todas las edades y niveles de habilidad. Y aunque el aumento del ciclismo es positivo desde el punto de vista de la salud y el deporte, también ha puesto de manifiesto una preocupante realidad: muchos ciclistas no cuentan con la formación adecuada sobre las normas de tráfico.
La falta de educación vial entre los ciclistas no solo afecta su seguridad, sino también la de los conductores de vehículos a motor. La ley establece que los ciclistas pueden circular en fila de a uno, y de dos en dos en tramos con buena visibilidad. Sin embargo, se ha vuelto común la práctica de rodar en grupos grandes, lo que acaba generando tensión con los conductores e incrementa el riesgo de accidentes.
