La seguridad en nuestras carreteras es una preocupación constante. En este sentido, la atención del conductor se erige como un pilar fundamental para prevenir accidentes y resguardar la integridad de todos los usuarios viales. No obstante, en un mundo en constante agitación, las distracciones al volante se han multiplicado, planteando un riesgo latente.
La Dirección General de Tráfico (DGT) se erige como un baluarte en la misión de sensibilizar a los conductores sobre los peligros que subyacen a la falta de concentración mientras se maneja un vehículo. En este artículo, examinaremos los elementos que influyen en la atención del conductor, las diversas categorías de distracciones más frecuentes y las implicancias derivadas de estas conductas.
2Factores internos que determinan la conducción
Los aspectos internos, intrínsecos al individuo, juegan un rol determinante en la atención. Las capacidades de concentración varían según la persona, haciendo que algunos sean más propensos a distraerse.
El estado físico y emocional del conductor también influye: la fatiga, el sueño, el consumo de sustancias como el alcohol, drogas o medicamentos, pueden afectar la atención y el juicio. En especial, durante trayectos prolongados, el estado físico tiende a cambiar, acentuando la importancia de hacer pausas regulares.