La seguridad al volante depende de numerosos factores, entre ellos, la capacidad visual del conductor. Aquellos que padecen miopía o astigmatismo deben ser especialmente cautelosos, ya que su riesgo de sufrir accidentes puede ser mayor en determinadas circunstancias. Un estudio reciente ha demostrado que las distracciones al conducir afectan en mayor medida a quienes tienen problemas visuales, lo que ha llevado a la Dirección General de Tráfico (DGT) a reforzar las advertencias y medidas de prevención.
Evitar distracciones es fundamental para cualquier conductor, pero lo es aún más para aquellos con dificultades de visión. Por ello, la DGT ha implementado normativas más estrictas en cuanto al uso de dispositivos electrónicos al volante, ya que son una de las principales causas de accidentes en las carreteras.
1Conductores con miopía o astigmatismo: un riesgo adicional
Un estudio llevado a cabo por las universidades de Granada y Murcia ha revelado que los conductores con miopía o astigmatismo tienen mayores dificultades a la hora de reaccionar rápidamente ante imprevistos en la carretera. Esto se debe a la reducción de la agudeza visual periférica, un factor determinante para percibir señales de tráfico, peatones y otros vehículos.
Según los investigadores, cuando una persona con problemas visuales aparta la vista de la carretera para consultar un GPS o buscar una señal de tráfico, su capacidad de reacción disminuye significativamente. La DGT ha enfatizado la importancia de minimizar este tipo de distracciones y recomienda que los conductores con dificultades visuales extremen la precaución y realicen revisiones periódicas con un especialista para asegurarse de que su corrección es adecuada.
Además, la DGT insiste en que el uso de gafas o lentes de contacto es obligatorio si el conductor así lo tiene indicado en su permiso de conducción. No llevarlas puede acarrear sanciones económicas y la pérdida de puntos en el carnet, además de poner en peligro la seguridad propia y la de los demás.
