La circulación por carreteras españolas es cada vez más vigilada, y la Dirección General de Tráfico (DGT) ha intensificado todos sus esfuerzos para garantizar el cumplimiento de las normas de tráfico y mejorar la seguridad vial.
Una de las herramientas más utilizadas para controlar la velocidad en carretera son los radares, y España sigue buscando todo tipo de formas de mejorar su sistema de vigilancia. En este contexto, surge la pregunta: ¿podrían los radares autónomos, tan exitosos en Francia, llegar a las carreteras españolas?
1Radares en acción: un vistazo a las cifras francesas
En 2016, Francia introdujo una innovación en el ámbito de la vigilancia del tráfico: los radares autónomos. Estos dispositivos móviles han demostrado ser altamente efectivos en la detección de infracciones de velocidad y en la reducción de accidentes de tráfico. Solo en 2021, estos radares autónomos fueron responsables de emitir alrededor de 14,000 multas al año, superando significativamente a sus contrapartes fijas y móviles.
La clave de su éxito radica en su capacidad para operar de manera autónoma durante períodos prolongados, hasta 10 días, y su movilidad, ya que pueden ser trasladados rápidamente de un lugar a otro. Equipados con ruedas retráctiles y control remoto, estos radares pueden ajustar su posición de manera ágil, dificultando que los conductores anticipen su ubicación.