El año pasado la DGT ingreso más de cuatrocientos cuarenta millones de euros en multas de circulación. Este dinero se debe destinar, entre otras cosas, a la financiación de servicios y actuaciones en materia de seguridad vial. Gracias a esa recaudación la Dirección General de Tráfico ha adquirido nuevo material para seguir ampliando su red radares por garantizar la seguridad de los conductores. En total ha comprado 70 radares móviles para la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que supone una inversión de 610.678,25 euros.
Este tipo de radares se pueden ubicar de dos formas: la más tradicional sería dentro de un coche de la Guardia Civil o en el interior de un coche camuflado, también se pueden colocar sobre un trípode junto a la vía siempre que sea operado por un agente. Además funcionan tanto con el vehículo en movimiento como en parado.
2Los radares móviles tienen el factor sorpresa pero multan menos que los fijos
Los radares móviles con los que la DGT va aumentar su arsenal, le otorgan el factor sorpresa que no tienen los fijos. Este tipo de radares permite controlar puntos que no de otro modo no están protegidos y permiten que los conductores no conozcan de antemano las ubicaciones del control. A pesar de la implantación de nuevas tecnologías y de lo discretos que resultan estos radares móviles, la tecnología que más multas recauda es la que se esconde en los radares fijos tradicionales.
El Ministerio del Interior justifica la compra de estos equipos como ayudas a la seguridad vial. Destaca que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil tiene como finalidad la protección y auxilio en la carretera y que la adquisición de estos materiales se encuadra en los planes estratégicos de seguridad. También resalta que en la actualidad la industria ofrece nuevas tecnologías que “alcanzan excelentes resultados cuando se combinan adecuadamente en función de la red viaria y del servicio a realizar”.