En un esfuerzo por abordar la seguridad vial y reducir el exceso de velocidad en las carreteras españolas, el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha anunciado planes para la instalación de 88 nuevos radares fijos a lo largo de este año.
Esta medida, según Navarro, busca contrarrestar la preocupante falta de dispositivos de control de velocidad en comparación con otros países europeos.
2La condena social del exceso de velocidad
Los nuevos radares fijos, según lo anunciado por Navarro, se instalarán estratégicamente en áreas con altas tasas de accidentes, particularmente en las carreteras convencionales. Además, se prevé que muchos de estos radares sean del tipo de tramo, una medida que, según Navarro, es percibida como más justa por parte de los conductores. Este enfoque busca desalentar el comportamiento temerario en las carreteras y promover una conducción más segura y responsable.
En su entrevista con el diario El País, Pere Navarro defendió la efectividad de los radares en la reducción de la velocidad media de los conductores, así como en la disminución de las velocidades extremadamente altas. En sus propias palabras, «ir a alta velocidad tiene una cierta condena social», reflejando así la percepción generalizada de que el exceso de velocidad es socialmente inaceptable y peligroso.
