En un esfuerzo por abordar la seguridad vial y reducir el exceso de velocidad en las carreteras españolas, el director de la Dirección General de Tráfico (DGT), Pere Navarro, ha anunciado planes para la instalación de 88 nuevos radares fijos a lo largo de este año.
Esta medida, según Navarro, busca contrarrestar la preocupante falta de dispositivos de control de velocidad en comparación con otros países europeos.
3«Vamos hacia el radar de tramo, que a todos nos parece más justo».
Navarro sugiere que la mayoría de los 88 nuevos radares fijos estarán orientados hacia la tecnología de radar de tramo, una medida que se percibe como más equitativa para los conductores. Este enfoque no es novedoso, ya que en verano de 2022, la DGT anunció la adquisición de 300 nuevos radares fijos para los próximos años, de los cuales 180 estarían destinados a la tecnología de tramo. Estos dispositivos representaron una inversión de 17,5 millones de euros, y se presume que los 88 nuevos radares anunciados están incluidos en este plan.
De hecho, los radares de tramo están ganando terreno sobre los radares fijos tradicionales de punto. Un ejemplo claro es el próximo radar que se instalará en la Autopista del Cantábrico (A-8) entre Castro Urdiales y el viaducto de Ontón. Este radar cubrirá una distancia de 6 km, uno de los tramos más extensos en España, aunque existen dispositivos que controlan la velocidad a lo largo de más de 30 km.
La DGT justifica la preferencia por los radares de tramo debido a su percepción de equidad: «en un punto cualquiera puede tener un exceso de velocidad, en un tramo de dos o tres kilómetros es más difícil». Sin embargo, también son altamente efectivos en la aplicación de sanciones por exceso de velocidad. Por ejemplo, un radar de tramo dependiente del Ayuntamiento de Madrid multó a 283 conductores al día en 2020 y en 2022 se convirtió en el radar que más ingresos generó en la ciudad, recaudando casi 3 millones de euros.
