Estos datos ponen en evidencia el fracaso de la política de la Dirección General de Tráfico (DGT), que se basa en aumentar los radares y las multas, y que ha sido duramente criticada por diversos sectores.
El mes de enero de 2024 ha sido el más trágico en las carreteras españolas desde 2018, con 93 fallecidos en 82 siniestros mortales, lo que supone un aumento del 20% respecto al mismo mes del año anterior. La mayoría de las víctimas se produjeron en carreteras convencionales, y un 26% eran motoristas.
5Un punto clave
La mejora de la formación y la educación de los conductores, tanto en la fase de obtención del permiso como en la de reciclaje y actualización. Se considera que los conductores deben adquirir una mayor conciencia y responsabilidad al volante, y que deben respetar las normas y las señales de tráfico. Asimismo, se aboga por la implantación de cursos de conducción segura, de sensibilización y de reeducación vial, así como por la atención y el apoyo a las víctimas de accidentes y a sus familiares.
La siniestralidad vial es un problema grave que afecta a la salud, al medio ambiente y a la economía de nuestro país. Por ello, se requiere una política de la DGT más eficiente, más transparente y más participativa, que no se limite a multar, sino que apueste por la prevención, la mejora y la innovación. Solo así podremos conseguir el objetivo de cero víctimas en las carreteras.