La DGT siempre ha estado en contra de la utilización de móviles y ‘smartphones’ al volante, y como principal motivo está, que las distracciones se han convertido en la principal causa de accidente mortal en las carreteras españolas.
La información sobre la posición y ubicación de los radares fijos es publica, y la propia DGT la difunde en sus web y redes sociales. Otra cosa distinta son los controles aleatorios y de campañas de vigilancia, que si se ven expuestos y a merced de las redes sociales de los conductores.
Las aplicaciones que los usuarios usan para captar y compartir esta información, avisando así de la posición de los radares tiene su lógica legal, pero no deja de impedir una labor policial siempre necesaria.
2¡¡¡ Mi Cabo, se están dando todos la vuelta !!!
La sorpresa que los agentes de la DGT se llevaban cuando veían a los conductores esquivar los controles, e incluso conocer la posición de los radares, se manifestó claramente como reclamación a la autoridad gubernamental, por que se veían impedidos de poder realizar el control pertinente.
Así que, la lucha contra el uso de los dispositivos, de una parte por su demostrada influencia en la conducción a través de la distracción que supone, y la facilidad con que hoy nos comunicamos para avisarnos de los controles de DGT, esta mas que servida, y en gran parte resuelta, por la ultima modificación de la ley de seguridad vial.
Esta modificación respondía al vacío legal que existía, con referencia a los medios de captación de señales para identificar los radares. Es decir los avisadores, los detectores y los inhibidores de cinemómetros.