Si vives en una ciudad seguro que ya te has dado cuenta de que cada vez hay más patinetes eléctricos. Esta forma de transporte no ha sido fomentada desde las instituciones, sino que se ha impuesto gracias a su rentabilidad y a su comodidad.
Los patinetes se han posicionado como la opción favorita de muchos para dejar atrás el coche, e ir al trabajo de una forma más sostenible. Su precio y rentabilidad no es lo único que por lo que se han ganado favor de los urbanitas. Con las restricciones anticontaminación, moverse por las ciudades en coche será cada vez más complicado. Por eso, los patinetes se han convertido en el mejor aliado de muchas personas que no pueden, o no quieren, comprarse un coche nuevo para poder moverse por ciudad.
1Los patinetes deben cumplir el Código de Circulación de la DGT
Los patinetes eléctricos son un medio de transporte excelente, pero como tal, también tienen su parte peligrosa. Al utilizar cualquier tipo de transporte hay un riesgo de siniestralidad. De hecho, con los datos facilitados por la Dirección General de Tráfico, se descubre que en 2021 fallecieron 13 personas en accidentes de tráfico en los que estuvieron envueltos patinetes eléctricos. En 2019 esa cifra se reduce a la mitad, 6 víctimas mortales, lo que también deja ver la popularidad que está ganando este tipo de vehículo.
Tráfico quiere poner coto a la siniestralidad en los patinetes, por eso en la última reforma del Código de Circulación les dotó de la categoría de Vehículos de Movilidad Personal (VMP), obligándoles con ello ha cumplir una serie de normas de circulación, como la prohibición de circular por las aceras o la imposición de 25 km/h como límite de velocidad. Esta regulación ya ha sentado unas bases importantes para garantizar una mayor seguridad para los usuarios de patinete y para los peatones, sin embargo, la DGT no se va a limitar solo a esto, y estudian más medidas que podrían aplicar en el futuro.