Hay conductores que están dispuestos a hacer literalmente cualquier cosa con tal de evitar una multa. Se inventan todo tipo de excusas que la Dirección General de Tráfico (DGT) advierte que no funcionan, y hasta intentan culpar a otro de la infracción que ellos han cometido. Sin embargo, tienes que saber que si lo intentas, te puede salir bastante caro.
Es lo que le ocurrió a un empresario leonés hace unos años y sentó un precedente para todos los que intentan algo parecido. De hecho, cuando recibimos una multa en casa, la DGT permite identificar al conductor. En el caso de sanciones leves que no implican pérdida de puntos, identificar al conductor es voluntario y se entiende que si la pagas, eras tú el que conducía.
En sanciones graves o muy graves, que sí que implican pérdida de puntos, sí que es obligatorio identificar al conductor. Puedes ser tú mismo o una tercera persona a la que le has prestado tu vehículo, pero en cualquier caso estás obligado a decir la verdad. Nada de echarle la culpa a un amigo o familiar porque nos hace el favor si tiene más puntos en el carnet de conducir. Es un delito que está castigado con una sanción económica y con pena de cárcel, como le ha pasado a un conductor de Ponferrada.
1La situación de este empresario sienta precedente
Lógicamente, mentir ante la ley o cualquier autoridad nos puede costar caro. Hace unos años, un empresario de Ponferrada recibió una multa por exceso de velocidad que, además de sanción económica, también implicaba la retirada de dos puntos en el carnet de conducir. Pagó la multa, pero no estaba dispuesto a perder puntos y se la ‘encasquetó’ a su padre, con el que precisamente no tenía una buena relación.
Le pillaron y el asunto llegó a la Audiencia Provincial de León, que le condenó con una multa de 15.000 euros y una pena de cárcel de nueve meses que no llegó a cumplir. Intentó recurrirla ante el Tribunal Supremo, pero simplemente ratificaron el fallo y sentaron un precedente para todos los conductores que intentan algo parecido.
Por tanto, si alguna vez recibes una multa de la DGT, un ayuntamiento o cualquier otra institución, no pases la bola si eres tú quien la ha cometido. Te puedes meter en un buen lío y que al final sea peor el remedio que la enfermedad.