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La DGT avisa: estos trucos no funcionan para engañar al alcoholímetro

La Dirección General de Tráfico, DGT, ha centrado su campaña de verano de este año en las consecuencias de mezclar alcohol y conducción y en los últimos días los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y algunas policías locales han participado en controles intensivos en todo tipo de carreteras para detectar a conductores con presencia de alcohol o drogas en el organismo.

El motivo de la DGT para poner el foco en el riesgo de mezclar alcohol y conducción se sustenta en datos como que más de la mitad de los fallecidos en accidentes de tráfico (51,9%) en nuestro país dio positivo en alcohol, drogas o psicofármacos o en una combinación de estas sustancias, según el último ¡nforme del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Además, el 72,6% de los 451 conductores fallecidos con resultados positivos arrojó una tasa de alcoholemia muy alta, igual o superior a 1,2 gramos/litro, lo que supone grados de intoxicación muy severa.

Son muchos los que siguen creyendo que hay trucos que pueden burlar al alcoholímetro y evitar la multa, pero lo cierto es que, según recuerda la DGT, la única tasa responsable de alcohol al volante es 0,0 y para no dar positivo en un control de alcoholemia, el método más eficaz es no haber bebido.

Pese a todo, en las redes sociales siguen circulando numerosos métodos a los que recurrir para no dar positivo. Masticar granos de café o chicle, hacer ejercicio o beber agua son algunas de las ‘recomendaciones’ más populares que podemos encontrar en Internet para engañar al alcoholímetro, pero también hay otras más surrealistas, como masticar hierba, beber aceite o comer claras de huevo después de haber ingerido alcohol. Bulos que la DGT se encarga de desmentir uno por uno en su página web.

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Ni el café ni el ejercicio sirven para dar negativo, según la DGT

Bajo los efectos del alcohol se cometen más errores al volante, la conducción se vuelve más lenta y errática y se subestima la velocidad a la que se circula. El alcohol puede empezar a detectarse en la sangre a los 5 minutos de haberlo ingerido y alcanza su máximo nivel entre los 30 y los 90 minutos siguientes. La tasa de alcoholemia que se alcance depende de muchos factores (la cantidad y el tipo de bebida ingerida, la rapidez con la que se beba, la edad, el peso y el sexo de la persona…) y, aunque creas que conoces tus límites, la forma más eficaz de librarte de un positivo es no ingerir alcohol.

Si optas por probar otros trucos, la DGT ya avisa de que «ni el café, ni el té, ni darse una ducha, ni hacer ejercicio, ni dormir un poco» son estrategias capaces de reducir los niveles de alcohol.

La base de estas creencias está en que pueden ayudar a eliminar el alcohol a través, por ejemplo, de la sudoración (en el caso del ejercicio) o que ciertas sustancias (como el café) absorben el alcohol en boca, pero lo cierto es que la cantidad de alcohol expulsada en estos procesos es mínima y el efecto sobre la medición apenas resultará significativo.

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