El 2025 que ahora comienza marca un punto de inflexión para los usuarios de vehículos diésel en España y en otros países de toda la Unión Europea. Con la entrada en vigor de nuevas normativas e incrementos fiscales, la economía y la practicidad que en su día caracterizaban a este tipo de combustible están siendo cuestionadas. Los conductores se enfrentan a un escenario completamente diferente, con impuestos más altos y restricciones medioambientales que hacen que el futuro del diésel sea cada vez más incierto.
2Las restricciones en zonas urbanas
Otro aspecto que complica la situación para los vehículos diésel son las restricciones impuestas en las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). En grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, los coches con etiquetas medioambientales menos favorables, especialmente los diésel más antiguos, enfrentan limitaciones severas para circular.
En 2025, estas restricciones se han ampliado aún más, dejando fuera de las zonas urbanas a un mayor número de vehículos. Esto obliga a los conductores a buscar alternativas diversas, como puede ser cambiar de coche o incluso utilizar transporte público. Esto, sin duda, es algo que supone un impacto directo en los hábitos de movilidad de la gente.