El 2025 que ahora comienza marca un punto de inflexión para los usuarios de vehículos diésel en España y en otros países de toda la Unión Europea. Con la entrada en vigor de nuevas normativas e incrementos fiscales, la economía y la practicidad que en su día caracterizaban a este tipo de combustible están siendo cuestionadas. Los conductores se enfrentan a un escenario completamente diferente, con impuestos más altos y restricciones medioambientales que hacen que el futuro del diésel sea cada vez más incierto.
6Los efectos en el transporte de mercancías
Mientras que el uso del diésel en vehículos particulares está siendo cuestionado, en el sector del transporte de mercancías sigue siendo una pieza clave. Los camiones y otros vehículos pesados dependen del diésel debido a su eficiencia energética y la falta de alternativas viables a gran escala.
Sin embargo, el aumento del coste del combustible está generando tensiones económicas en el sector. Muchas empresas han comenzado a explorar opciones como camiones eléctricos o de hidrógeno, pero estas tecnologías aún no son lo suficientemente accesibles ni están plenamente desarrolladas. A corto plazo, se prevé un aumento en los precios del transporte y, consecuentemente, en el coste de los productos para los consumidores finales.