El diésel ha sido uno de los combustibles más utilizados en Europa, y en España sigue siendo popular, representando aún un amplio porcentaje de los vehículos en circulación. Sin embargo, los cambios hacia alternativas más sostenibles y la creciente preocupación por el cambio climático están llevando a algunas ciudades a tomar medidas radicales. Una de ellas es París, que ha comenzado a limitar la venta de diésel en sus estaciones de servicio, marcando un nuevo capítulo en la transición hacia un futuro con menos emisiones.
4La demanda decreciente del diésel en Europa
El uso de vehículos diésel ha experimentado una importante disminución en los últimos años, no solo en París, sino en toda Europa. Hace dos décadas, la demanda de motores diésel alcanzó su pico, pero desde entonces se ha reducido debido a las normativas ambientales cada vez más estrictas. El diésel, aunque todavía representa un 60% del parque automovilístico en países como España, ha ido perdiendo popularidad frente a opciones como los vehículos eléctricos e híbridos, que están incentivados por muchos gobiernos europeos.
Esta reducción en la demanda es un reflejo de un cambio de mentalidad en los consumidores, que buscan alternativas más ecológicas, y de la respuesta de las ciudades que, como París, están regulando su uso. Esta tendencia, además, podría expandirse hacia otros centros urbanos de gran tamaño que también luchan por mejorar la calidad del aire y reducir la huella de carbono.