El diésel, ese combustible que durante años fue el preferido en España y en otros países europeos, parece estar viviendo sus últimos días en nuestras gasolineras. Sin embargo, el camino hacia su desaparición no será inmediata, y España enfrenta un reto particular por su dependencia histórica de este combustible, con un parque móvil en el que aún representa un 60% de los vehículos en circulación. Esta situación plantea desafíos únicos que hacen que las políticas de eliminación del diésel en España vayan a un ritmo más lento que en países vecinos, como Francia y Alemania, donde las medidas son cada vez más estrictas.
3¿Por qué el diésel está en declive?
El llamado «Dieselgate» marcó un antes y un después en la percepción pública del diésel. La industria automotriz y gobiernos de todo el mundo se dieron cuenta del impacto ambiental de los motores diésel, y desde entonces han buscado formas de limitar su uso. Aunque los motores diésel siguen siendo eficientes, sus emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas contribuyen significativamente a la contaminación del aire. Esto ha llevado a varios países a implementar zonas de bajas emisiones y restricciones a vehículos diésel antiguos en grandes ciudades, una tendencia que es probable que se extienda con el tiempo también a España.