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En Dubái los niños usan otros cuadernos para colorear muy diferentes: Qué tal un Ferrari F8 Spider

Dubái, la ciudad famosa por su opulencia y creatividad desbordante, vuelve a dar de qué hablar, esta vez con una peculiar fiesta infantil en la que un Ferrari F8 Spider de medio millón de dólares sirvió de lienzo para la diversión. En un video que rápidamente se hizo viral, se puede ver a un grupo de niños en una fiesta de cumpleaños coloreando alegremente el costoso deportivo con acuarelas.

Este escenario que ha causado opiniones encontradas entre los usuarios de las redes sociales. La extravagante escena refleja el nivel de lujo al que ciertos eventos llegan en esta ciudad, generando tanto asombro como críticas. Claramente, esos niños no saben lo que cuesta este vehículo que están pintando como si fuese un juguete de plástico.

El video del lujo que hay en los cumpleaños en Dubái

La grabación, compartida en Instagram por la cuenta Dubai Elevated, muestra al Ferrari amarillo estacionado en una villa rodeada de niños con pinceles en mano, disfrutando de la inusual actividad. Esta celebración de cumpleaños rompe con la típica imagen de los festejos infantiles, donde los libros de colorear y los crayones se reemplazan por una superficie de metal pulido, como el de un Ferrari, y acuarelas.

Para algunos espectadores, esta escena refleja una despreocupada y lúdica expresión de creatividad. Comentarios en redes sociales destacan la diversión de los niños y la libertad con la que exploran su imaginación. Uno de los usuarios comentó en tono sarcástico: “¿Quién necesita papel cuando tienes un Ferrari?” mientras otros se mostraron fascinados por la experiencia única que esta fiesta brindó a los pequeños.

Las reacciones no fueron positivas

Sin embargo, la reacción no ha sido del todo positiva. Muchos usuarios expresaron su desacuerdo, cuestionando las implicaciones éticas y educativas de este tipo de actividades. “Y por eso dejé de vivir en Dubái…” escribió un usuario, reflejando la creciente frustración de algunos hacia la ostentación excesiva que caracteriza a la ciudad. Otro comentó con ironía: “¿Quizás deberían enseñarles a sus hijos el valor de las cosas?”. La idea de utilizar un objeto de tan alto valor como juguete para niños despertó una ola de críticas hacia lo que algunos consideran una muestra de frivolidad.

Aunque las acuarelas son lavables y el Ferrari no sufrió daños permanentes, esta celebración ha abierto una conversación sobre los valores que se transmiten en entornos de abundancia extrema. Para algunos, este episodio refleja una desconexión entre la realidad de la riqueza en dicho país y las necesidades de quienes luchan por cubrir lo esencial.