Robert Oneal, un veterano inversor de Tesla y orgulloso propietario de una Cybertruck, nunca imaginó que su pasión por la compañía de Elon Musk lo llevaría a viajar con un fajo de billetes en su bolsillo. Lo que empezó como una noche tensa y violenta en las calles de Los Ángeles se transformó en un insólito gesto de bondad que está llamando la atención en redes sociales.
Todo surgió tras un insólito altercado que lo dejó con un golpe en el rostro, pero también con una visión renovada sobre cómo enfrentar el odio y la polarización que rodea a la empresa del empresario sudafricano. Y es que desde que el CEO de la marca se volvió un funcionario del gobierno de Donald Trump, mucha gente decidió atentar contra sus vehículos.
Video de la extraña decisión que tomó el dueño del Cybertruck
La peculiar historia comenzó cuando Oneal fue atacado por un desconocido que, entre insultos anticapitalistas, lo acusó de ser parte del problema que representa la figura de Elon Musk. La agresión fue física: el atacante, de unos 73 kilos, le propinó un puñetazo en el rostro. Sin embargo, Oneal, con unos 27 kilos más de peso y evidentemente mayor fortaleza, no se dejó tumbar. En lugar de responder con violencia, el inversionista decidió ofrecer un inesperado abrazo a su agresor, gesto que fue rechazado. Esa reacción pacífica fue solo el principio de su peculiar respuesta.
Conmovido por la tensión social que rodea a Tesla y su camioneta futurista, Oneal ideó una manera de contrarrestar el odio que había experimentado. Desde entonces, viaja con un fajo de billetes en su Cybertruck, dispuesto a regalar dólares acompañados de corazones dibujados en polvo a otros propietarios de este controvertido vehículo. Su intención es clara: esparcir un poco de amabilidad en medio del mar de críticas y ataques que Tesla y sus seguidores suelen recibir.
Una forma de intentar contrarrestar la polarización que genera el Cybertruck
El gesto, que podría interpretarse como irónico, se ha convertido en una suerte de redistribución silenciosa de riqueza. El mismo Oneal bromea al respecto: “Recibí un golpe por ser un cerdo capitalista, y ahora ando repartiendo dinero. La vida es curiosa”. Más allá de la anécdota pintoresca, su acción busca convertirse en un pequeño acto simbólico de unidad en medio de las divisiones que genera la imagen de Elon Musk y su empresa.
El singular episodio ha captado la atención en redes sociales, donde muchos se preguntan si podría dar origen a un movimiento más amplio: el “Cybertruck Pay-It-Forward”. Aunque por ahora solo es iniciativa personal de él, algunos propietarios ya han comenzado a imitarlo, dejando sorpresas monetarias en otros vehículos de la marca. En tiempos donde Tesla suele estar envuelta en controversias relacionadas con tuits incendiarios de Musk, fallos de seguridad y baterías explosivas, esta historia ofrece un respiro refrescante.