En 2018, los conductores en España se encontraron con un nuevo sistema de etiquetado de combustibles que cambió la forma en que identificamos los carburantes en las gasolineras. Los nombres tradicionales de gasolina y diésel dieron paso a una serie de códigos: E5, E10, B7, B10, E85, entre otros. Estos códigos no solo generaron cierta confusión, sino que también suscitaron preguntas sobre su origen, sus diferencias y el motivo de esta normativa europea. En este artículo, exploraremos en detalle el nuevo etiquetado de combustibles, su origen, lo que representa cada código, si se trata de líquidos o gaseosos y por qué se implementó esta normativa en Europa.
4La normativa Europea que llegó a las gasolineras
La normativa europea para el etiquetado de combustibles tiene varios objetivos clave:
Información más clara: La normativa busca proporcionar a los conductores información más clara y uniforme sobre los carburantes disponibles en toda la UE. Esto facilita la elección de carburante adecuado y la comprensión de su contenido.
Promoción de carburantes más sostenibles: La introducción de nombres como E10 y B10 fomenta el uso de carburantes con un mayor contenido de biocomponentes, lo que contribuye a la reducción de emisiones de CO2 y al uso de fuentes de energía más sostenibles.
Facilitación de la transición hacia vehículos más ecológicos: El etiquetado uniforme fomenta el uso de carburantes más respetuosos con el medio ambiente, lo que se alinea con los esfuerzos para reducir la huella de carbono de la industria del transporte.