Según se van cumpliendo años, ya rebasada una edad, se van perdiendo reflejos y facultades para conducir. Ello supone normalmente una mayor prudencia al volante, progresiva, hasta que debamos dejar de conducir.
Normalmente algo a lo que la mayoría de gente mayor se resiste al máximo, siempre que se sientan capaces de seguir conduciendo. Dejar de conducir supone perder autonomía y autoestima.
3Examen para prorrogar el carné
El examen psicotécnico, en el momento en que toca pasarlo tras los tres años de vigencia, es el que puede determinar la capacidad de la persona para seguir conduciendo. Una prueba en la que se debe comprobar la coordinación de ideas, criterios de razonamiento lógicos y otras pruebas neurológicas que acreditan el perfecto funcionamiento del cerebro.
A veces el periodo de vigencia se puede reducir por prescripción a 1 o 2 años, ante una enfermedad incipiente que en el momento del examen no resulta inhabilitante.
Algunos accidentes graves en los que un conductor mayor, con problemas incapacitantes para conducir pero con su examen superado y permiso vigente, obligan a una reflexión. Reducir la siniestralidad de las personas mayores al volante requiere una serie de medidas más allá de mejores reconocimientos médicos.
Según Luis Montoro, catedrático de seguridad vial y presidente de honor de la fundación FESVIAL, considera recomendable realizar exploraciones psicofísicas más exhaustivas cada dos años, una vez superados los 70. Y seguir un programa de vigilancia de la salud vial que contemple las capacidades necesarias para conducir con seguridad, como son la visión, la audición, los reflejos y la atención.
