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‘Se rompe cada 5.000 kilómetros’: El ejército dice adiós a una ‘patata’ con el sello made in Spain

En la historia del todoterreno militar español, se ha ganado un lugar poco envidiable. Concebido con grandes expectativas, este modelo, nacido en la factoría de Santana en Linares, fue inicialmente aclamado como una solución robusta para las necesidades del Ejército. Sin embargo, a medida que se pusieron a prueba sus capacidades en el campo, la realidad pintó un panorama bien distinto, y los problemas no tardaron en surgir. Hoy, el Ejército ha decidido poner fin a su historia pese a las mejoras y ajustes, nunca logró cumplir con las demandas de un uso militar riguroso.

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El trágico desenlace: Retiro obligado

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El punto de inflexión llegó en 2008, cuando se reportaron varios incidentes graves, algunos de ellos fatales, que pusieron en duda la seguridad de Aníbal. El Gobierno optó entonces por retirarlo temporalmente del servicio, limitando su uso a las bases militares a baja velocidad. Finalmente, tras años de intentos de modificación, el Ejército español decidió abandonar el modelo y comenzó a buscar un reemplazo más confiable.

Con la retirada de Aníbal, el Ejército encontró su sustituto en el Hunter de Changan, un todoterreno de origen chino que, pese a algunas reservas, ha sido considerado una opción más confiable y moderna. La elección del Hunter apunta a una renovación necesaria para las fuerzas armadas, que necesitan vehículos que puedan enfrentar las exigencias del terreno sin representar un peligro para los soldados.