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El coche que no me compraría ni en pintura: Palabra de taxista

El mundo del taxi es un escenario donde los vehículos enfrentan pruebas extremas. Desde largos trayectos diarios hasta condiciones variables de conducción, los taxis son auténticas herramientas de trabajo y, como tales, deben cumplir con una serie de requisitos clave: eficiencia, durabilidad y confort. En este contexto, es común escuchar opiniones contundentes de quienes se dedican a este oficio, y no sorprende que algunos modelos de coche se ganen una mala reputación entre los taxistas. Aquí exploramos uno de esos casos.

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Problemas recurrentes con la mecánica

Uno de los aspectos más críticos que señala este taxista son las averías recurrentes en sistemas básicos del coche. Desde problemas con el embrague hasta fallos en la electrónica, este modelo parece diseñado para pasar más tiempo en el taller que en las carreteras.

Además, menciona que la duración de ciertos componentes, como los frenos y las suspensiones, es inferior a la esperada, especialmente en un coche que debe soportar largas jornadas de uso intensivo. Estas deficiencias no solo generan un gasto adicional, sino que también suponen una pérdida de tiempo y una disminución de los ingresos.