Encontrar aparcamiento en las grandes ciudades se ha convertido en una prueba de resistencia para muchos conductores. Entre las políticas urbanas que buscan reducir el uso del coche restringiendo el estacionamiento y los espacios de pago que proliferan en cada esquina, aparcar cerca de casa a veces parece un milagro. Pero, como en todo, hay quien encuentra maneras poco ortodoxas para asegurarse ese preciado hueco a costa de la paciencia y la convivencia con los demás.
4Otros ejemplos de aparcamiento “creativo”
El caso del vecino que reserva dos plazas con un coche no es único. En redes sociales se han viralizado otras historias de estacionamiento polémico, como el famoso vídeo de una señora que intentaba «guardar» un sitio para un vehículo mientras otro conductor intentaba ocuparlo. En ese caso, también la normativa fue clara: los peatones no pueden permanecer en la calzada ni impedir la libre circulación de un vehículo.
Estos ejemplos ponen de manifiesto cómo la tensión por el estacionamiento lleva a conductas que, más allá de la anécdota, reflejan un problema estructural. La escasez de espacio, la falta de alternativas viables al coche y las limitaciones de la normativa generan fricciones que afectan a todos.