El Mercedes-Benz SL (W113) celebra su sexagésimo cumpleaños. Fue presentado el 14 de marzo de 1963 durante el transcurso del Salón del Automóvil de Ginebra, y supuso un importante hito por varios motivos.
En primer lugar, aquel Mercedes 230 SL reemplazaba a dos modelos icónicos: el 190 SL (W121) y el 300 SL Gullwing o “alas de gaviota”, si bien el W113 que más se acercaba en prestaciones al W121 Gullwing era el 280 SL, que no aparecería hasta diciembre de 1967.
Pero en 1963, el nuevo deportivo descapotable de Mercedes era también un importante lanzamiento para Mercedes por sus avances en seguridad, un aspecto secundario hasta entonces en los automóviles de corte deportivo.
Mercedes-Benz SL 230: Un pionero en materia de seguridad
Su plataforma se basaba en la empleada por las berlinas Mercedes de la serie W111, si bien fue acortada y reforzada para mantener una adecuada rigidez en un vehículo que carecía de pilares y de techo estructural. Y la palabra “estructural” es importante, ya que techo sí tenía, pero era desmontable. De hecho, el apelativo “Pagoda” con el que se conoce popularmente a la serie W113 viene dado precisamente por su techo rígido desmontable, cuya peculiar curvatura se inspiraba en las formas de los templos asiáticos.
Además, el bastidor desarrollado por Béla Barényi contaba con una zona rígida para el habitáculo mientras delante y detrás se diseñaban áreas deformables, algo normal a día de hoy pero absolutamente innovador en un deportivo de la época. A mayores, el Mercedes SL 230 contaba con neumáticos de estructura radial (poco habituales en la época) y unas suspensiones firmes pero confortables, sin olvidar los frenos de disco en las ruedas delanteras, que en 1967, coincidiendo con la presentación del 250 SL, se complementarían con frenos traseros también de disco.
La llagada de los Mercedes-Benz 250 SL y 280 SL
Inicialmente, el Mercedes SL 230 se conformaba con un motor de 2,3 litros y 150 CV (M123), si bien posteriormente la familia de los Pagoda recibió versiones de 2,5 litros (M129) y 2,8 litros (M130). La potencia no aumentaba demasiado, con 170 CV para el SL 280 y 150 CV en el caso del SL 250, que en realidad reemplazaba al SL 230, pero el par motor sí crecía notablemente en un vehículo que con el paso del tiempo fue incrementando su equipamiento y dejando a un lado su faceta más deportiva para dar origen a la saga de Mercedes SL gran turismo consolidada por el más pesado, grande y lujoso R107.
La llegada del 250 SL suponía además la aparición de la carrocería conocida como California, que contaba con una segunda fila de asientos en lugar de un hueco para la capota.
A pesar de no tratarse de un deportivo purasangre como el 300 SL Gullwing, el Mercedes 230 SL tuvo una exitosa vida en los rallies, con una victoria en el rally Spa-Sofia-Lieja de 1963, disputado a lo largo de más de 5.000 km, con Eugen Böhringer y Klaus Kaiser a los mandos del W113 como hito más destacado.
Hoy los Mercedes SL de esta época se cotizan a precios elevados entre los automóviles clásicos. Los precios para los ejemplares en buen estado de conservación se mueven en torno a los 128.000 euros en el caso de los 230 SL, mientras los 280 SL alcanzan los 156.000 euros; nada que ver, en cualquier caso, con los 300 SL Gullwing, cuya cotización media, en subastas, ronda los 1,5 millones de euros.
