Estamos enamorados del Toyota Land Cruiser. La nueva Serie 250 conserva las capacidades todoterreno de sus predecesoras, mejorando notablemente su comportamiento sobre asfalto gracias a un bastidor más rígido y unas suspensiones diseñadas y ajustadas para responder mejor ante los apoyos y las frenadas fuertes.
Pero hoy no estamos aquí para hablar del Land Cruiser 250 convencional, sino de la primera versión blindada que hemos conocido del todoterreno japonés, desarrollada y fabricada por la empresa canadiense Inkas.
Así es el Toyota Land Cruiser 250 Prado blindado
El Toyota Land Cruiser ya es un SUV bastante robusto, pero puedes hacerlo aún más resistente transformándolo en un vehículo blindado. Inkas ofrece un nivel de protección hasta BR6, lo que significa que el vehículo puede detener tres impactos del calibre 7,62 x 51 OTAN con núcleo de plomo a una distancia de 10 metros; una munición habitual en los fusiles de asalto y ametralladoras.
Asimismo, el habitáculo ha sido blindado de acuerdo con las especificaciones que establecen las normas CEN sobre blindajes de vehículos. La cabina está rodeada de acero balístico, vidrio balístico y un mamparo trasero blindado. Además, los neumáticos disponen de sistema run-flat para permitir la movilidad del Land Cruiser en el supuesto de que pinche o pierda alguna de sus ruedas.
Blindar un vehículo como el Land Cruiser es más sencillo que hacerlo con un automóvil convencional, ya que la carrocería del todoterreno japonés es totalmente independiente del chasis y no cumple una función estructural.
En cualquier caso, una vez desmontada la carrocería, hay que blindar también el piso, el cortafuegos, el depósito de combustible y los pilares (A, B, C y D), añadiendo protección superpuesta para evitar que las balas puedan penetrar por las juntas. Inkas confirma que esta protección adicional es capaz de resistir disparos de fusiles de asalto y explosiones de granadas de mano.
Opcionalmente es posible blindar también el vano motor del Land Cruiser, ya que el compartimento del motor es el talón de Aquiles de muchos vehículos blindados. Y es que si consigues inmovilizar el vehículo y dispones de suficiente tiempo, ningún habitáculo blindado va a mantener su integridad de forma indefinida.
También es opcional el sistema de soporte de oxígeno para el habitáculo, junto con extras como las luces estroboscópicas, un sistema de visión nocturna, parachoques reforzados e incluso una escotilla de escape en el techo. No se menciona el sistema de extinción automático (como en los coches de competición), pero es igualmente recomendable.
Los problemas del Toyota Land Cruiser blindado
Como en todos los vehículos blindados, en el Toyota Land Cruiser 250 de Inkas hay que lidiar con el problema del peso añadido, lo que requiere reforzar sus suspensiones. Aquí, una vez más, la arquitectura de todoterreno puro del japonés juega a su favor, ya que no es necesario reforzar puntos de anclaje ni “hacer hueco” a los componentes sobredimensionados, sino que resulta relativamente sencillo reemplazar los muelles por unos con espiras de mayor sección y los amortiguadores por otros adaptados al incremento de peso.
También es posible montar barras estabilizadoras más gruesas y topes de suspensión más enérgicos e incluso topes hidráulicos, si bien Inkas no menciona específicamente qué modificaciones ha llevado a cabo para lidiar con el sobrepeso del blindaje.
Inkas tampoco habla de un incremento de potencia que compense, al menos en parte, la masa adicional del vehículo. No obstante, el motor con el que se vende el Land Cruiser en Canadá debería ser suficiente para desplazar con agilidad las más de tres toneladas que estimamos que pesará el vehículo en orden de marcha.
Y es que en Norteamérica, el Land cruiser va propulsado por el moderno y potente motor 2.4 turbo de cuatro cilindros de gasolina (T24A-FTS), dotado de hibridación que desarrolla 330 CV y 618 Nm, por lo que en principio la potencia y el par disponibles no deberían ser problema para mover el Land Cruiser con todo su blindaje. Quién lo pillara…