La firma de Zuffenhausen presentó hace unas semanas la versión más poderosa de la octava generación del legendario Porsche 911, la cual recibe la denominación Turbo S. El protagonismo de esta nueva bestia recae sobre su corazón 3.8 bóxer que es capaz de generar 650 CV de potencia y 800 Nm de par motor.
El código genético de todos los motores bóxer actuales de Porsche es 9A2 y 9A2 evo, de cuatro y seis cilindros. Constituyen un sistema flexible de componentes individuales idénticos o técnicamente similares que juntos forman una base probada. Cuenta con diferentes combinaciones posibles: cuatro o seis cilindros, atmosféricos o turboalimentados, de dos a cuatro litros de cilindrada, de 250 a 650 CV de potencia y par entre 310 y 800 Nm.
La distancia entre centros de cilindros es la misma en todos los miembros de la familia bóxer: invariablemente, 118 milímetros. Dentro de ellos se desplazan pistones de 91 a 102 mm. Dependiendo del cigüeñal, esa carrera puede ser de 76,4 o de 81,5 mm. Junto con el número de cilindros, esto da como resultado cinco cilindradas diferentes y 9 niveles de potencia en las gamas 718 y 911. «Todos los motores bóxer llevan los mismos genes y, a pesar de sus diferentes caracteres, todos son iguales de eficientes, emocionantes y poderosos», ha asegurado la marca.
Prestaciones y eficiencia
Este nuevo motor turbo es capaz de entregar una potencia espectacular. Esto se debe a unos turbocompresores mejorados con turbina de geometría variable y válvulas de descarga, así como el rediseñado y más eficiente sistema para conducir el aire de admisión. La optimización de la fricción interna en el motor y un proceso de combustión rediseñado con inyectores piezoeléctricos colocados en el centro, permiten tanto una mayor potencia como una mayor eficiencia.