Tener una red de cargadores amplia, potente y bien diversificada es requisito imprescindible para que la expansión del coche eléctrico sea una realidad en nuestro país. Pero lo cierto es que en materia de electrificación seguimos en el vagón de cola y el ritmo de crecimiento de las infraestructuras de carga no es suficiente para alcanzar los objetivos marcados por Europa.
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ha presentado su actualización del Mapas de Infraestructuras de recarga de acceso público, un informe que revela cuál es la situación en la que se encuentra nuestro país en lo que respecta a los cargadores para el coche eléctrico.
Y las conclusiones no son nada halagüeñas. De hecho, para que España pueda alcanzar los objetivos del Fit For 55, que marca la estrategia a seguir en reducción de emisiones de CO2 para el transporte (en 2035 en el caso de los turismos y comerciales y 2040 en el caso de los vehículos pesados), este año nuestro país debería tener instalados 45.063 puntos de recarga de acceso público. Pero la realidad es que este número es la mitad de los cargadores que ahora están en funcionamiento, 20.243 puntos, según el último Barómetro de la Electromovilidad de Anfac.
Estos más de 45.000 puntos de recarga que deberían estar instalados en España este año tendrían que convertirse en 91.344 al cierre de 2025, en 300.301 en el año 2030 y en 613.077 a finales de 2035 si se quiere cumplir con los objetivos marcados.
Cargadores que no funcionan
Pero no solo existe un problema de número de cargadores, también hay preocupación por el hecho de que la mayoría no son de alta capacidad. A cierre de 2022, de los 18.128 puntos de recarga de acceso público que tenía España, únicamente el 3,8 % eran de recarga de alta potencia (≥ 150 kW). Anfac ya ha hecho las cuentas, advirtiendo de que «España debería multiplicar por cinco su red de carga de alta potencia por ser fundamental para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado en trayectos de larga distancia por carretera, permitiendo tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos».
En este sentido, según el Mapa de Infraestructura de recarga de acceso público. actualmente existen 698 puntos de recarga de acceso público de alta potencia, pero se precisa en 2023 del funcionamiento de 3.513 si se quiere lograr la meta anual que establece el Fit for 55.
Anfac ha realizado estas estimaciones en línea con la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), con unos niveles superiores a los marcados por la CE, que fija en 1,3 kilovatios (kW) la potencia necesaria para los vehículos eléctricos (BEV) y de 0,8 kW para los híbridos enchufables (PHEV), mientras que las patronales de los fabricantes parten de una potencia de 3 kW para los BEV y de 2 kW para los PHEV.
Y a esto se suma el hecho de que muchos de los cargadores instalados no están operativos porque están a la espera de recibir los permisos para su funcionamiento o no se encuentran activos. De hecho, de los 20.243 cargadores, hay 6.475 que no están funcionando. Según señalan en Anfac, hay «demasiadas trabas administrativas y largos procesos para la puesta en marcha de los puntos de recarga».
Las medidas que Anfac pide poner en marcha
Para lograr cumplir los objetivos de descarbonización, Anfac propone la creación de una plataforma oficial de información de puntos de recarga, tal y como recogía la Ley de Cambio Climático, que facilite a los ciudadanos la información precisa en tiempo real de los puntos de recarga disponibles y en funcionamiento.
Además, también proponen la mejora en la concesión de las ayudas del Plan MOVES III y MITMA MOVES, con ayudas directas en el momento de la compra y no tributables tanto para la compra de vehículos electrificados como de puntos de recarga.
Por otro lado, respecto a los puntos de carga, desde Anfac se pide que se agilicen los procesos burocráticos para la concesión de permisos por parte de las entidades locales y regionales para la instalación de cargadores, principalmente de carga rápida.
Por último, desde Anfac demandan la creación de un centro estatal para el desarrollo de infraestructura de recarga de acceso público (CEIRVEA), para seguimiento, monitorización e impulso, basado en el modelo alemán o portugués. Esto garantizaría el despliegue, la eficacia de las medidas y el cumplimento de los objetivos vinculantes que tiene España.
Para José López-Tafall, director general de ANFAC, “los objetivos establecidos por la Unión Europea no se cumplen solo con el esfuerzo del sector. La industria de la automoción está liderando la descarbonización y ya está poniendo en el mercado una amplia oferta de vehículos electrificados. Sin embargo, nos enfrentamos a unos, cada vez más, exigentes objetivos en materia de reducción de emisiones y, por lo tanto, es necesario establecer herramientas a la altura de esas ambiciones. El desarrollo de infraestructuras de recarga de acceso público es esencial para el despliegue del vehículo electrificado. Pero, de igual manera, no podemos olvidar que incentivar el mercado de electrificados es de igual de necesario para que se avance en la red de recarga pública”.
