En el mercado de coches eléctricos, y en plena efervescencia del cambio sostenible en los tipos de movilidad, lo coches fabricados en China, están copando un escenario que pone en jaque a toda la industria automovilística europea.
Bruselas escucha a fabricantes como Stellantis y dará la batalla contra las marcas chinas de coches eléctricos, que en la actualidad gozan de ayudas en toda la Unión Europea, en contraposición con los aranceles que los fabricantes occidentales sufren cuando aterrizan en el gigante asiático.
Francia, ya no espera a las soluciones del parlamento europeo, y se blinda con el cambio de políticas de subvenciones a la compra de vehículos eléctricos nuevos, en detrimento de los fabricados en China.
3Francia a la cabeza del cambio
Pero Francia quiere poner la primera piedra de un nuevo modelo de incentivos que contabilizará las emisiones de la producción y transporte de cada modelo.
Lo ha confirmado el propio Ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, que ha indicado en declaraciones a la prensa gala que el nuevo bono ambiental, que entrará en vigor en enero de 2024, debe hacer honor a su calificación y nombre.
De esa forma se otorgará la ayuda a los vehículos que emitan menos CO2 en su producción para evitar la entrega de dinero público a modelos producidos en otros mercados sin las regulaciones ambientales de Europa.