En el mercado de coches eléctricos, y en plena efervescencia del cambio sostenible en los tipos de movilidad, lo coches fabricados en China, están copando un escenario que pone en jaque a toda la industria automovilística europea.
Bruselas escucha a fabricantes como Stellantis y dará la batalla contra las marcas chinas de coches eléctricos, que en la actualidad gozan de ayudas en toda la Unión Europea, en contraposición con los aranceles que los fabricantes occidentales sufren cuando aterrizan en el gigante asiático.
Francia, ya no espera a las soluciones del parlamento europeo, y se blinda con el cambio de políticas de subvenciones a la compra de vehículos eléctricos nuevos, en detrimento de los fabricados en China.
4Haciendo hincapié en la forma de producir y sus perjuicios
Según las emisiones que generen sus materiales, montaje o transporte, cada vehículo recibirá una «puntuación ambiental». Si esta puntuación, cuyo cálculo aún no se ha concretado, supera los 60 puntos, el modelo podrá optar a la ayuda pública del estado.
El Ministro francés ha indicado que: «Esta reforma nos permitirá reservar el apoyo público para los coches eléctricos que tengan la mejor huella ambiental. Se tendrá en cuenta la huella de carbono de la producción del acero, el aluminio y otros materiales necesarios para la fabricación de automóviles, como el cristal, así como la transformación y posterior ensamblaje de estos materiales».
También se tendrán en cuenta las condiciones de fabricación de la batería. Se valorará el tipo de vehículo (coche urbano, familiar) y su medio de transporte a Francia (barco, tren o avión) para de esa forma favorecer a los modelos fabricados en Europa.