Afirmar que tu coche a lo largo de su vida no va a tener un arañazo, es un ejercicio casi ilusorio, un deseo lógico por otra parte, especialmente desde el cariño que seguramente le profesas. De ahí los cuidados, la prudencia al conducir y aparcar, incluso en casos extremos la obsesión por las constates revisiones de carrocería.
Los arañazos, en infinidad de ocasiones llegan, involuntariamente siempre, pero llegan. Un acto de vandalismo, un niño imprudente, un accidente de terceros, en definitiva cualquier consecuencia devenida del simple hecho de la exposición al trafico y circular con él.
5Pintura en spray
Los colores de las carrocerías son tan variados que dar con la pintura exacta puede resultar complicado. Lo mejor para evitar disgustos es hacerse con el código del color del coche y con él encargar la pintura a un fabricante.
El código es una pegatina con una combinación de letras y números –o solo números o letras– que suele estar bajo el capó o en el maletero, en el hueco de la rueda de repuesto. Antes de utilizar el espray, no olvides proteger la zona próxima al arañazo con cinta de carrocero. Después, pulveriza con cuidado y a la distancia marcada por el fabricante, hasta cubrir por completo el rasguño.