A lo largo de los años, la acumulación de carbonilla se convierte en un problema común en los motores diésel, afectando su rendimiento y emisiones. A lo largo de las próximas líneas, exploraremos cinco trucos más que infalibles para eliminar la carbonilla y mantener tu coche diésel en óptimas condiciones.
Los signos reveladores de un motor sucio son evidentes: humo excesivo en el escape, pérdida de respuesta y aumento en el consumo de combustible. Cuando estos síntomas aparecen, es momento de considerar una limpieza. Es importante destacar que, aunque la carbonilla afecta a los motores de gasolina, los diésel tienden a sufrir algo más debido a la acumulación en las cámaras de combustión interna.
1Métodos para limpiar el motor
Tradicionalmente, la limpieza siempre solía implicar el desmontaje del motor, un proceso costoso, engorroso y más que complejo.
Sin embargo, la técnica moderna utiliza la pirólisis controlada, inyectando hidrógeno y oxígeno para quemar la carbonilla en el interior de los cilindros y conductos de escape. Este método es menos agresivo con las piezas mecánicas y más eficiente.