El embrague emerge como un protagonista crucial, en el complejo engranaje del sistema de transmisión de un automóvil. Según los expertos de ‘Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), una iniciativa comprometida con la seguridad vial, el correcto funcionamiento de este componente influye directamente en la durabilidad del motor y la caja de cambios.
En un contexto donde los motores evolucionan para cumplir con estrictas normativas de emisiones, el mantenimiento adecuado del embrague se vuelve aún más vital, ya que es propenso al desgaste.
Su función principal es conectar y desconectar el motor de la caja de cambios y, por ende, de las ruedas. Esto permite al conductor controlar la transferencia de potencia del motor a las ruedas de manera gradual, lo que es fundamental para arrancar, detenerse y cambiar de marcha de forma suave y eficiente.
3Avance tecnológico que aporta seguridad y vida útil
Los avances en la tecnología de motores, caracterizados por su menor tamaño, cilindrada reducida, y mayor potencia y eficiencia, generan un aumento en las vibraciones en la cadena cinemática. Este fenómeno, según los entendidos de la industria, acorta la vida útil del embrague. Sin embargo, para contrarrestar este efecto, los fabricantes de equipos originales han introducido nuevos conceptos y componentes que no solo garantizan una conducción suave, sino que también absorben las vibraciones generadas por el motor.
Un componente clave en esta evolución es el volante bimasa, diseñado para amortiguar las vibraciones en los modernos motores de combustión. Su continua mejora tecnológica no solo prolonga la vida útil del embrague, sino que también alivia el estrés en el motor y la caja de cambios, promoviendo el ahorro de combustible y reduciendo las emisiones de CO2. La última innovación en este campo incorpora péndulos centrífugos, que, al ajustar su frecuencia de vibración según la velocidad de giro, mejoran su eficacia en un 60% en comparación con modelos convencionales.