Con la llegada del invierno, no solo sentimos los efectos del frío en nuestra piel, sino también en el bolsillo, especialmente al conducir. Las bajas temperaturas afectan directamente el rendimiento de los vehículos, aumentando el consumo de combustible. Esto se debe a que el motor necesita más tiempo para alcanzar la temperatura óptima de funcionamiento, lo que se traduce en mayor gasto.
Sin embargo, existe un truco simple y efectivo para reducir este consumo en invierno. A pesar de su eficacia, pocos conductores lo conocen o lo aplican, lo que podría estar costándoles varios litros de gasolina al mes.
1Evita largos periodos de ralentí
Cuando hace frío, es común pensar que dejar el coche encendido en ralentí antes de iniciar la marcha es la mejor manera de calentarlo. Este hábito, aunque extendido, resulta contraproducente. Los motores modernos no necesitan tanto tiempo para calentarse, y mantener el coche encendido sin moverse consume combustible de manera innecesaria.
En lugar de esperar, lo ideal es arrancar el coche y comenzar a conducir suavemente. Esto permite que el motor alcance su temperatura de funcionamiento de manera más eficiente y con menos gasto. Además, evita que el vehículo permanezca expuesto al frío sin necesidad.