A partir del 1 de enero del próximo año, Madrid y otras ciudades clave se preparan para la implementación de nuevas y significativas restricciones de tráfico, marcando un hito en el esfuerzo colectivo por reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y abordar los desafíos del cambio climático.
Estas medidas, particularmente impactantes para los coches que carecen de etiqueta medioambiental, redefinirán la movilidad en el núcleo urbano y en las carreteras principales.
3Las grandes zonas afectadas
Las implicaciones de estas restricciones se extienden más allá de la mera circulación vehicular. La ley introduce las Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP) en el Distrito Centro, que abarca barrios emblemáticos como Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol. También incluye calles reconocidas como Santa Cruz de Marcenado, Mártires de Alcalá, Seminario de Nobles, avenida Gran Vía de San Francisco, Bailén, Algeciras, cuesta Ramón, Ventura Rodríguez y Duque de Liria, entre otras.
La M-30, con sus 32.5 kilómetros de longitud y su radio medio de 5.17 km respecto a la Puerta del Sol, se erige como una pieza clave en este rompecabezas de movilidad urbana. Con un tráfico diario que supera los 300,000 vehículos, esta vía de circunvalación no solo es vital para la capital, sino que también es una de las autopistas únicas en España cuya titularidad recae en un ayuntamiento.
