Cuando empieza a llover después de un período seco, un fenómeno peligroso surge en las carreteras: la aparición de espuma. Este suceso, poco conocido para muchos conductores, puede aumentar significativamente los riesgos al volante. No es solo el agua en la vía lo que representa un peligro, sino que ciertos factores contribuyen a la formación de espuma, reduciendo la adherencia del vehículo al asfalto y creando condiciones peligrosas. ¿Qué origina esta espuma y por qué deberías preocuparte?
4Qué hacer si te enfrentas a la espuma
Si te encuentras conduciendo en condiciones donde la espuma es evidente o sospechas que está presente, lo más importante es mantener la calma y actuar con prudencia. Primero, reduce la velocidad lo más posible sin frenar bruscamente. Los frenos pueden reaccionar de manera impredecible en una carretera resbaladiza, por lo que es mejor desacelerar de manera gradual.
Mantén una mayor distancia de seguridad con el vehículo de adelante para evitar colisiones en caso de que sea necesario frenar de emergencia. Además, evita realizar maniobras bruscas, como giros repentinos o cambios rápidos de carril. Estos movimientos aumentan el riesgo de perder el control del vehículo en superficies con baja fricción.
