Toyota fue toda una pionera en el hoy exitoso segmento de los crossover, pues hace unos 24 años que ponía a la venta la primera generación de su Toyota RAV4, un modelo que acaba de estrenar su quinta generación en el Salón de Nueva York.
La firma nipona ha dado un giro de 180 grados al diseño exterior de este exitoso crossover, que ahora presenta líneas muy angulares. En realidad su diseño es semejante al Toyota FT-AC Concept que presentaron en el Salón de Los Ángeles del pasado año y también guarda relevancia con modelos como los Toyota 4Runner TRD.
Mismo tamaño que el actual
Estas líneas tan marcadas, unos protectores para la carrocería o unos pasos de rueda muy marcados incrementan la sensación de robustez en este crossover que mide 4,60 metros de largo, lo que vienen a ser sólo cinco milímetros menos que la actual generación. También decir que su anchura es de 1.855 milímetros, del mismo modo que su altura total se ha rebajado cinco milímetros.
También ganará puntos en cuanto a la personalización, pues la firma nipona ofrecerá versiones con carrocería bicolor. Pero eso no será todo.
Tecnológicamente da un paso de gigante, pues la quinta generación del Toyota RAV4 se sustenta sobre la nueva plataforma modular TNGA, la que actualmente emplean algunos de sus hermanos como los Toyota Prius, Auris, C-HR, Camry, Avalon… Para comenzar, decir que su distancia entre ejes se estira 30 milímetros respecto a la actual, pero además le ha permitido ganar un 57% más de rigidez estructural. Esto ayudará a mejorar su comportamiento dinámico, pero también a ofrecer una mayor seguridad, teniendo en cuenta de que ahora equiparán el sistema Toyota Safety Sense, con elementos como la detección de peatones, control de velocidad adaptativo, avisador de salida de la vía, luces de carretera activas…
Bye bye motores diésel
Toyota sigue los pasos dados con su nuevo Toyota Auris en cuanto a las mecánicas, por lo que esta quinta generación dirá adiós a sus propulsores diésel. La futura gama estará compuesta por un nuevo corazón 2.0 VVT-i de gasolina y atmosférico, que podrá combinarse con la tracción delantera o con la tracción total (es la primera vez que la plataforma TNGA tiene una tracción total convencional y no eléctrica). También se ofrecerá con cambio manual o automático del tipo CVT. Eso sí, por el momento no han confirmado más detalles. Tampoco lo han hecho de la alternativa híbrida, que mantendrá su actual 2.5 VVT-i junto con uno o dos motores eléctricos dependiendo de si se adquiere con tracción delantera o total.
Decir que las versiones con tracción a las cuatro ruedas estrenan un sistema denominado Dynamic Torque Vectoring que repartirá de forma inteligente la potencia entre sus cuatro neumáticos para mejorar la tracción fuera del asfalto, pero también para incrementar el placer de conducción cuando aparecen las curvas.
Esos 30 milímetros extra de distancia entre ejes se traducirán en más espacio para sus ocupantes. Y no es que en el actual sea justo precisamente. También se ganará capacidad de maletero y se ha mejorado la ergonomía, comenzando por una pantalla central táctil que podrá ser de 7 u 8 pulgadas dependiendo del nivel de equipamiento. Dichos sistemas multimedia contarán con lo último en conectividad y como opción se ofrecerá un avanzado sistema de sonido firmado por JBL. Y para rematar la jugada, tras su volante también encontraremos una generosa pantalla digital que hará la función de velocímetro entre otros.
Como sucedía con su antecesor no se ofrecerá con un interior ideado para siete ocupantes, pero si que será mucho más personalizable y también se podrá equipar con detalles como un generoso techo panorámico, luz ambiental…