El Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) se paga cada año y genera un total de 3.800 millones de euros a las arcas municipales. Este gravamen tiene una tarifa mínima en todos los territorios, a excepción del País Vasco y Navarra, y se paga en función de la potencia fiscal del vehículo, en el caso de los turismos; de la cilindrada, en el de las motos, y del peso y número de asientos, en el caso de los camiones y autobuses, respectivamente.
La ley permite a los ayuntamientos incrementar las cuotas a pagar, de forma que se puede llegar a doblar la tarifa mínima, situación que ocurre en 12 de las 52 capitales de provincia españolas, según ha constatado Automovilistas Europeos Asociados (AEA).
A su vez, la ley también permite bonificar la cuota hasta el 75% en función del carburante y las características de los motores, e incluso exonenar del pago a los vehículos históricos y de más de 25 años (esta fue una modificación que AEA consiguió introducir en 1999 en la Ley de Haciendas Locales). De este modo, se pueden crear grandes diferencias en el pago por el mismo vehículo dependiendo de donde esté censado, lo que ha convertido a algunos pueblos y capitales de provincia en auténticos paraísos fiscales.
Las tarifas se mantienen a pesar de la pandemia
A pesar de las restricciones de movilidad, de las 52 capitales de provincia, solo 3 han bajado este impuesto: Córdoba, Teruel y Toledo. El resto mantiene sus precios, pese a que 12 aplican el máximo desde hace años: Granada, Huelva, Valladolid, Ciudad Real, Barcelona Lleida, Tarragona, Palma, San Sebastián, Vitoria y Ceuta.
En San Sebastián, por ejemplo, se paga un 46% más de impuesto municipal por un automóvil que en Madrid, o un 150% más que uno domiciliado en Tenerife. En concreto, según AEA, un vehículo tipo medio, de 11,99 caballos de potencia fiscal, como los que tiene el coche más vendido el año pasado, paga en Santa Cruz de Tenerife 34,08 euros; en Madrid 59 euros, en Barcelona 68,16 euros y en San Sebastián 86.64 euros.
Las ciudades más caras y las más baratas
Entre los ayuntamientos españoles que cobran más caro este impuesto, además de San Sebastián, están Vitoria, Bilbao, Castellón, Tarragona, Barcelona, Palma, Ciudad Real, Valladolid, Huelva y Granada. En el lado contrario se situarían Santa Cruz de Tenerife, Melilla, Zamora, Cáceres, Palencia, Jaén, y Badajoz.
Por municipios, existen notables diferencias entre ayuntamientos de una misma provincia, lo que hace que numerosas empresas de alquiler o de renting concentren sus flotas en estos municipios para pagar menos impuestos.
7 pueblos concentran el 40% del parque
Hay siete municipios españoles (Colmenar de Arroyo, Robledo de Chavela Moralzarzal, Venturada, Las Rozas de Puerto Real y Brunete, en Madrid; y Rajadell, en Barcelona) -con una población de entre 500 y 14.000 habitantes- en los que se matriculan el 37,5% del total de coches de empresa de toda España por su privilegiado tratamiento fiscal. Es decir, 159.811 turismos sobre un total nacional de 425.020 unidades, señala AEA.
También es sorprendente el caso de CastielFabib, un municipio valenciano que, a pesar de la crisis y de haber reducido su población en 7 vecinos, ha triplicado el número de vehículos de empresa matriculados en 2020, pasando de 768 a 2.688.
AEA recoge un listado de 25 ayuntamientos en los que el número de vehículos de nueva matriculación superan al número de habitantes censados, llegándose a alcanzar índices de motorización muy superiores a las de EE.UU. o Japón, como en el municipio madrileño de Las Rozas de Puerto Real, con 555 habitantes, en el que el pasado año se matricularon 36 vehículos por habitante.