Desde 2016, la Dirección General de Tráfico (DGT) clasifica los vehículos según su nivel de emisiones contaminantes. Y aunque la etiqueta medioambiental no es obligatoria a nivel estatal, su uso se ha vuelto necesario para muchos conductores, especialmente en ciudades con limitaciones a la circulación.
Conocer su funcionamiento y ventajas puede evitar sanciones y facilitar la movilidad. ¿Ya cuentas con ella en tu vehículo? ¿Aún no? Pues prepárate, porque las normativas y restricciones podrían ser más severas en el futuro.
3El papel de las ordenanzas municipales
La DGT dejó en manos de los ayuntamientos la decisión de hacer obligatoria o no la colocación de la etiqueta. En ciudades como Madrid, cualquier coche que circule por la capital debe llevar el distintivo, independientemente de su origen. De lo contrario, supone una infracción leve que se sanciona con 100 €. En otros municipios estudian implementar medidas similares, lo que genera un mapa normativo diverso en toda España.
La justificación del Ayuntamiento de Madrid es que facilita la labor de los agentes de tráfico. Con una simple mirada al parabrisas, pueden saber si el vehículo está autorizado para circular en determinadas zonas, lo que agiliza los controles y reduce errores en las sanciones. Por ello, otras jurisdicciones están valorando que sea también obligatoria.
