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La etiqueta ECO de la DGT y sus grandes ‘injusticias’

La electrificación nos está cambiando la vida y nos arrastra hacia un escenario complicado para muchos conductores. Los coches eléctricos son caros y no todo el mundo tiene posibilidad de instalar un punto de carga en casa. Nos queda la opción de comprar un vehículo con etiqueta ECO, una alternativa más accesible por precio y uso. Sin embargo, la etiqueta ECO no goza de una reputación demasiado ‘honrada’ en algunos casos. Veamos la razón.

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Híbridos de ‘verdad’ con los mismos derechos

Cuando vemos vehículos del calibre de nuestros tres protagonistas por el centro de las ciudades nos tenemos que frotar los ojos. El motivo es que tienen el mismo derecho a hacerlo que un modesto híbrido autorrecargable, también con etiqueta ECO, del perfil del Toyota Yaris con 116 CV, el Renault Clio con 140 CV o el Mazda 2, también con 116 CV.

Este último homologa unas emisiones de 87 gramos de CO2 por cada 100 kilómetros. Son tres veces menos que las que emite el mencionado BMW X6M, que presenta 287 gramos, prácticamente los mismos que sus compatriotas AMG GLE 63 S o RS 7 Sportback Performance. No parece demasiado justo.