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Una Euro 7 menos exigente para que las marcas aceleren la electrificación

La Comisión Europea (CE) ha presentado la nueva norma de homologación de vehículos Euro 7, con la que se marcarán los límites máximos de emisiones contaminantes de los motores entre 2025 y 2035. Esta normativa prevé cambios menos estrictos que los que se incluían en el borrador inicial en los topes para las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOX) y otras partículas en los motores de diésel y gasolina, algo que Bruselas justifica por el hecho de que la industria debe centrar sus esfuerzos inversores en la electrificación para cumplir con la prohibición de comercializar vehículos de combustión e híbridos en la UE a partir de 2035.

La Euro 7 tendrá que ser discutida y aprobada por la Eurocámara y el Consejo Europeo y afectará a todos los vehículos de gasolina y gasóleo, incluidos coches, furgonetas, camiones y autobuses. En este sentido, la revisión de los objetivos para establecer la Euro 7 ha tenido en cuenta las peticiones de la industria del automóvil, considerando que tiene ya un compromiso con la electrificación para cumplir con el objetivo a largo plazo de cero emisiones contaminantes. Los fabricantes ya habían expresado en numerosas ocasiones que no tenía sentido dedicar inversiones a adaptar motores de combustión que se iban a prohibir en 2035.

«Hubo escenarios más ambiciosos, hemos elegido este. No se trata de un arbitraje político sino de que estamos todos en la misma lucha contra el cambio climático. Hay un compromiso fuerte de poner fin a la combustión en 2035 y hay que ayudar a la industria a hacer todo lo posible para lograrlo«, ha explicado el comisario de Industria, Thierry Breton, durante la presentación de la normativa.

El comisario de Indusria, Thierry Breton, presenta la Euro 7.

La normativa sigue la senda de reducción de emisiones de CO2 en un 55% para los coches y un 50% para las furgonetas para 2030 respecto a los valores de 2021 e incluye como novedad estándares más severos para reducir las emisiones de partículas producidas por los frenos de los turismos y por el desgaste de los neumáticos de los vehículos en general, incluido el coche eléctrico.

Los vehículos eléctricos son más limpios pero «de media son un 40% más pesados que los de combustión», ha advertido el comisario de Industria, Thierry Breton, y esto repercute en un mayor desgaste de frenos y neumáticos, que por tanto emitirán más partículas nocivas para la calidad del aire.

Euro 7 para todos los vehículos

La Comisión espera que esta propuesta reduzca las emisiones un 35% en 2035 respecto a la Euro 6 para coches y furgonetas y un 56% para autobuses y camiones.

Para los turismos y furgonetas, la propuesta de Euro 7 toma como punto de partida el tope más estricto en vigor con la Euro 6 y plantea generalizarlo a todas las tecnologías, de modo que, por ejemplo, si hasta ahora se fijaba un límite de 60 mg/km para automóviles de gasolina y 80 mg/km para diésel, ahora se propone un máximo de 60 mg/km para todas las tecnologías a partir de 2025.

Cambios y test más efectivos

Breton ha defendido que la reforma reducirá también la burocracia para los fabricantes y simplificará los test para hacerlos más efectivos, al tiempo que ha defendido el valor del Euro 7 a pesar de que su aplicación prevista sea de diez años en la Unión Europea, desde 2025-2035.

El comisario ha explicado que, después de 2035, cuando se prohiba la venta de vehículos de combustión en Europa, la industria europea podrá seguir exportando a otros mercados como el africano, el indio o el brasileño, en donde no se aplicará el mismo criterio de contaminación cero.

Otras medidas que plantea Bruselas es ampliar las condiciones de conducción que están cubiertas por las pruebas de emisiones en carretera para reflejar mejor las situaciones que pueden experimentar los vehículos en la Unión Europea: desde temperaturas muy altas como los 45 °C o los viajes cortos habituales en desplazamientos diarios.

También aboga por endurecer los límites para camiones y autobuses y por establecer límites para contaminantes que antes no estaban regulados, como las emisiones de óxido nitroso de los vehículos pesados.

Otra de las cuestiones que se plantea es que los motores de los coches nuevos sean limpios durante más tiempo, por lo que se comprobará el cumplimiento para turismos y furgonetas hasta que estos vehículos alcancen los 200.000 kilómetros y los 10 años de antigüedad. Esto duplica los requisitos de durabilidad existentes bajo la normativa Euro 6 (100.000 kilómetros y 5 años de antigüedad). También habrá revisiones similares para autobuses y camiones.

También se tendrá en cuenta la durabilidad de los sistemas y los fabricantes tendrán que garantizar, por ejemplo, que las baterías eléctricas funcionarán al 80% de su rendimiento hasta un máximo de 5 años o 100.000 kilómetros desde la adquisición.