Con el regreso de las vacaciones, algunos conductores se enfrentan a la desagradable sorpresa de encontrarse con una multa de tráfico esperándolos en el buzón. Lo que muchos no saben es que existe una particular ‘excusa’ que puede serles de gran utilidad en esa situación: la falta de mantenimiento de las carreteras. En concreto, la deficiencia en la señalización. Aunque pueda parecer un detalle menor, la correcta colocación de las señales es esencial para la validez de una multa. En este artículo, analizamos cómo esta circunstancia puede servir para anular de forma efectiva una sanción.
2Problemas con las señales
La correcta colocación de las señales es esencial para considerar válida una sanción. Las señales de reglamentación (ej. obligaciones, limitaciones, prohibiciones…) deben estar ubicadas de manera que sean claramente visibles desde el punto en que comienza la regulación hasta su finalización. Sin embargo, en muchas ocasiones, la falta de mantenimiento puede hacer que estas señales desaparezcan o se desplacen de su lugar original.
Cuando esto ocurre, la validez de una sanción de tráfico puede ser cuestionada. Para que una multa sea legítima, la normativa establece que la señalización debe estar en perfecto estado y cumplir con los requisitos establecidos por la DGT. Si no se cumple, el conductor tiene derecho a recurrir la multa, y la falta de señalización adecuada podría ser un argumento clave en su defensa.