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La exposición de coches que batió récords en el Guggenheim Bilbao

Coches pioneros, extravagantes, innovadores, singulares… Llegada de la mano del arquitecto Norman Foster, la exposición ‘Motion’ (que acaba de cerrar sus puertas en el Museo Guggenheim Bilbao) ha permitido a los aficionados al automóvil deleitarse con algunos de los vehículos más extraordinarios del mundo.

Una belleza que el público ha sabido apreciar, hasta el punto de que la muestra batió el récord histórico de visitas del museo el pasado mes de agosto (182.000), superando los mejores datos de los 25 veranos que el Guggenheim lleva abierto. En el tiempo que permaneció en Bilbao, la exposición atrajo la atención de más de 751.000 personas, lo que supone el mayor número de visitas diarias de la historia del museo, alrededor de 4.500.

Y es que ‘Motion: Autos, Art, Architecture’ ha permitido ver de cerca casi una cuarentena de automóviles únicos. Coches que son auténticas obras de arte y que, en muchos casos no se habían mostrado al público al pertenecer a instituciones o colecciones privadas. Ahora, los vehículos de la exposición han regresado ya a sus ‘casas’, pero aquí repasamos algunas de sus historias para que puedas recrearte con este particular recorrido por el pasado, el presente y el futuro del automóvil.

El primer Mercedes-Benz o el Chrysler Airflow representan los orígenes del automóvil en el Guggenheim

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Del triciclo de Mercedes-Benz al Ford T en el Guggenheim

Los comienzos del automóvil estuvieron representados en el Guggenheim por coches legendarios como el Benz Patent Motor Car de 1886, el primer automóvil del mundo, o el Ford T de 1914, pionero en la fabricación en serie. Al lado de estos, la muestra incluía otros tantos vehículos extraordinarios de los primeros años del siglo XX, como el Chrysler Airflow de 1934, que ya por aquel entonces tenía estructura monocasco y una carrocería exraordinariamente aerodinámica; o el Rolls Royce 40/50 Alpine Eagle de 1914, una versión deportiva del Silver Ghost, considerado en la época ‘el mejor coche del mundo’.

Los comienzos de la historia de la competición automovilística estaban protagonizados por el Bugatti Type 35 de 1924, uno de los cinco automóviles únicos que se fabricaron para el Gran Premio de Francia de 1924 y que Ferdinand de Vizcaya condujo en San Sebastián en septiembre de 1925.

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