La evolución de la movilidad urbana está transformando el paisaje de las ciudades, como Nueva York, y los automovilistas han sido los grandes perjudicados, enfrentándose a una reducción considerable en la disponibilidad de plazas de aparcamiento. Este fenómeno ha llevado a conductores a desarrollar soluciones ingeniosas, aunque a menudo controvertidas, para proteger sus vehículos.
Una de estas soluciones es el uso de los llamados «bumpers», una especie de paragolpes adicionales que se colocan tanto en la parte delantera como trasera de los coches. Estos accesorios, diseñados para proteger los faros y molduras del coche, han ganado popularidad entre los neoyorquinos, donde aparcar se ha convertido en una auténtica batalla.
Así funciona este extraño paragolpes que se hizo popular en Nueva York
Este tipo de conducción agresiva no es exclusiva de Nueva York, pero allí, el uso de bumpers ha tomado una relevancia particular. Estos accesorios se han convertido en un salvavidas para muchos conductores, quienes prefieren invertir en protección adicional antes que lidiar con reparaciones constantes en sus coches. Aunque están diseñados para ser removidos una vez que el coche se ha aparcado, no es raro ver a conductores que los dejan puestos todo el tiempo, lo que altera la estética de los vehículos de manera notable.
Curiosamente, mientras que en Europa estas prácticas podrían generar rechazo, en Estados Unidos la legislación es mucho más permisiva. En ciudades como esta, donde el espacio es un bien escaso, los bumpers más robustos han proliferado. Algunos incluso incluyen extensiones metálicas que no solo protegen el vehículo, sino que también pueden dañar a otros si se acercan demasiado. Este tipo de paragolpes agresivos serían impensables en el contexto europeo, donde las normativas de seguridad vial son mucho más estrictas.
¿Cuánto sale este accesorio para el coche?
El mercado de estos accesorios en Estados Unidos es sorprendentemente amplio, con precios que varían desde los 100 hasta más de 500 dólares, dependiendo del tipo de bumper y su nivel de protección. A pesar de su funcionalidad, estos dispositivos plantean interrogantes sobre la estética y la seguridad. En Europa, donde las calles suelen ser más estrechas y las normas más rígidas, la llegada de estos accesorios parece poco probable.
Sin embargo, en un mundo cada vez más globalizado, no sería descabellado imaginar que este curioso invento termine aterrizando en las grandes ciudades europeas, especialmente en zonas donde el aparcamiento es tan difícil como en Nueva York. Así que, si te encuentras paseando por las calles de una ciudad como Madrid o Barcelona y observas a algún coche con un bumper colocado de forma permanente, no te sorprendas.