Los faros antiniebla son una herramienta esencial para la seguridad vial en ciertas condiciones climáticas. Sin embargo, su mal uso es un problema recurrente en las carreteras. Encenderlos sin necesidad no solo puede deslumbrar a otros conductores, sino que también está sujeto a sanciones económicas. La Guardia Civil ha recordado las situaciones específicas en las que su uso está permitido, dejando claro cómo y cuándo deben emplearse estos dispositivos.
1¿Qué son los faros antiniebla y por qué son diferentes?
Los faros antiniebla, tanto delanteros como traseros, están diseñados para mejorar la visibilidad en condiciones extremas de baja visibilidad, como niebla espesa, lluvia intensa o nevadas. Su luz es más intensa y está orientada de forma que penetra en las partículas de agua o nieve en suspensión, evitando el reflejo que se produce con otros faros.
A diferencia de las luces normales, los faros antiniebla traseros tienen una intensidad mucho mayor y pueden ser muy molestos para los vehículos que circulan detrás. Por esta razón, su uso está estrictamente regulado y limitado a circunstancias específicas.